Title: One of the best landscapes I’ve seen in my life …
By: Freddy Castaneda
Here we are, the cold of the morning awakens us earlier than expected, the sun still does not appear on the horizon but our day is already beginning. The crew is waiting with some uncertainty for a scheduled visit for today, after 10 strange days on Mars, we will finally see a different face. Our HSO (Crew Scientist) prepares a delicious breakfast, as the best style of our land she surprises us with a heated rice, beans, and eggs, a flavor that has a "Ratatouille effect" in some of us, I have to admit that there is no chance of being at risk for lack of food while she and our commander are in charge of feeding.
As if it were a bad joke, the breakfast of Hermes, our Greenhab Officer, is interrupted with the incoming of our visitors, is one of the few things that can annoy this great adventure partner who has become the soul of the crew. But hey, ultimately it did not matter, there are new faces in the habitat, new voices, this has not happened for 10 days and although it may seem like a short time, believe me, it not like that here; It is a daily situation of supreme simplicity on our planet of origin, however, under the current circumstances we see it as such an event.
The reporters have arrived, their kindness meets our hospitality and everything flows well, they seem not to understand how it is possible that we may be living in this hostile environment, alone on this planet. They will accompany us during our day, document our activity and then share it with their people, from their own perspective but through our eyes. Enchanted with the idea, we invite them to be part of our EVA, scheduled to start before noon. A short tour in the Rovers and we are already in Pooh’s Corner, the first view of the day is provided by the habitat itself, in the distance we can see that "little station”, our home, subjected to the inclement environment, vulnerable in the middle of the desert …
A quick tour and we return to leave our vehicles; we now have to walk to go in search of the highest peak to which we will climb on this magnificent trip. After a long "climb" on a hill with slopes that barely exceed 20% of inclination but that seem like a real wall with our suits on. Finally, the arduous road had a great reward, one of the best landscapes I have seen in my life … silence says it all, we were dumb under such immensity, marveling at the implacable presence of the desert, kilometers, and kilometers of solitude, only we are here. For several minutes we held our breath just to let ourselves be carried away by the sight, it is impossible not to feel the spirituality of the place.
Fatigue reminds us that we must continue on our way, although we arrived here in a short period of time now we must return to the safety of the habitat and the way back will not be the same one we came for. Twenty minutes after leaving that view behind we can see our home from a distance, I think it is the first time that we all arrived from an EVA with a big smile drawn on our faces, what a good day.
Our visitors met us at the station and immersed themselves in our daily lives, taking careful note of our jobs. The work is done, the energy returns to our bodies to share a delicious lunch that the girls of our crew have prepared with love, it is late for lunch but this is life on Mars, a final reflection invades me when I answer a short question that that kind visitor makes to each of the crew: why is this mission important for your country? This simple question has been deeply engraved in my mind and now I just hope I can answer it with facts rather than words.
Titulo: Uno de los mejores paisajes que he visto en mi vida…
Por: Freddy Castañeda
Aquí estamos, el frío de la mañana nos despierta antes de lo previsto, el sol aún no asoma en el horizonte pero nuestro día ya comienza. La tripulación espera con algo de incertidumbre una visita programada para hoy, después de 10 extraños días en Marte veremos por fin una cara diferente. Nuestra HSO (Crew Scientist) prepara un delicioso desayuno, al mejor estilo de nuestra tierra nos sorprende con un calentado de arroz, frijoles y huevo, un sabor que tiene “efecto Ratatouille” en varios de nosotros, tengo que reconocer que no existe la más mínima posibilidad de estar en riesgo por falta de comida mientras ella y nuestro comandante estén a cargo de la alimentación. Como si se tratara de una mala broma, el desayuno de Hermes, nuestro Greenhab Officer, se ve interrumpido por la aparición de nuestros visitantes, es una de las pocas cosas que pueden molestar a éste gran compañero de aventura quien se ha convertido en el alma de la tripulación. Pero bueno, en últimas no importó, hay caras nuevas en el hábitat, voces nuevas, esto no ocurría desde hace 10 días y aunque parezca poco tiempo créanme, no lo es aquí; es una situación cotidiana de suprema simpleza en nuestro planeta de origen, sin embargo, bajo las circunstancias actuales lo vemos como todo un acontecimiento. Los reporteros han llegado, su amabilidad se encuentra con nuestra hospitalidad y todo fluye bien, parecen no entender cómo es posible que podamos estar viviendo en este ambiente hostil, solos en éste planeta. Nos acompañaran durante nuestro día, documentaran nuestra actividad para luego compartirla con su gente, desde su propia perspectiva pero a través de nuestros ojos. Encantados con la idea, los invitamos a ser parte de nuestra EVA, programada para comenzar antes del mediodía. Un corto recorrido en los Rovers y ya estamos en Pooh’s Corner, la primera vista del día nos la brinda el propio hábitat, a la distancia se ve aquella “pequeña estación”, nuestro hogar, sometida al inclemente ambiente, vulnerable en la mitad del desierto…
Un rápido recorrido y regresamos para dejar nuestros vehículos, nos disponemos ahora a caminar para ir en búsqueda de la cumbre más alta a la que subiremos en este magnífico viaje. Luego de una larga “escalada” por una colina con pendientes que apenas superan el 20% de inclinación pero que nos parecen un verdadero muro por estar utilizando nuestros trajes. Finalmente, el arduo camino tuvo una gran recompensa, uno de los mejores paisajes que he visto en mi vida… el silencio lo dice todo, quedamos mudos ante tal inmensidad, maravillados con la implacable presencia del desierto, kilómetros y kilómetros de soledad, únicamente nosotros estamos aquí. Por varios minutos sostuvimos el aliento tan solo para dejarnos llevar por la vista, es imposible no sentir la espiritualidad del lugar. El cansancio nos recuerda que debemos continuar nuestro camino, si bien llegamos hasta aquí en un corto periodo de tiempo ahora debemos regresar a la seguridad del hábitat y el camino de regreso no será el mismo por el que vinimos. 20 minutos después de dejar aquella vista atrás ya podemos ver a la distancia nuestro hogar, creo que es la primera vez que todos llegamos de una EVA con una sonrisa dibujada en nuestras caras, que buen día.
Nuestros visitantes recorren la estación, se sumergen en nuestra cotidianidad y toman atenta nota de nuestro trabajo. La labor está hecha, la energía retorna a nuestros cuerpos al compartir un rico almuerzo que las niñas de nuestra tripulación han preparado con todo cariño, es tarde para almorzar pero así es la vida en Marte, una reflexión final me invade al contestar una corta pregunta que aquel amable visitante nos hace a cada uno de los tripulantes: por qué es importante esta misión para su país? Esta simple pregunta ha quedado profundamente grabada en mi mente y ahora solo espero poder responderla con hechos más que con palabras.